Es complicado decir adiós a los peques con los que hemos estado trabajando, pero llega cierto momento en el tratamiento en el que debemos dar la tan ansiada y temida a la vez, entrevista de alta.
En esta entrevista nos despedimos y cerramos el ciclo del trabajo que se ha realizado con los peques y sus familias. En dicha reunión debemos tener muy en cuenta dos cosas muy importantes. La primera, es que aunque le demos el alta no es algo cerrado, es decir, en el momento de dar un alta vemos que los objetivos que nos hemos planteado rehabilitar se han trabajado, se les ha dado herramientas y se ha acercado el desarrollo del peque a los de su edad normativa, pero esto no implica que en un tiempo vuelvan a necesitar de nuestros servicios.
El desarrollo de los niños y niñas está en continuo cambio y es por eso que, aunque ahora mismo hallamos cubierto las necesidades que la familia demandaba de nosotros, no quiere decir que hayamos “curado” las dificultades de sus hijos e hijas de forma permanente. Con el alta, le damos margen a los peques de utilizar las herramientas que se le ha ofrecido en las sesiones por su cuenta. Dejando claro que será su desarrollo y las exigencias que se vaya encontrando a lo largo de este el que hará necesario o no volver a necesitar nuestro servicio.
Por otra parte, debemos saber que este alta no tiene un tiempo establecido, es decir, no necesito X sesiones para que se me de el alta del servicio. Las familias muchas veces preguntan ¿Cuánto tiempo va a necesitar? y nosotras siempre contestamos igual, el tiempo lo marca el peque y el trabajo que se haga con él en el resto de entornos, escolar y familiar.
Es por ello que, hay que dejar muy claro a las familias que el tiempo de intervención no es fijo ni por edades ni por patologías, cada intervención es única y la necesidad de esta más o menos tiempo solo dependerá del progreso del niño y de la implicación de la familia.
Es evidente pensar que hay muchos niños y niñas con patologías diversas a las que no podremos dar el alta como tal. Si bien por que la patología que los acompaña implica una evolución muy lenta y continúa o porque dicha patología hace que una vez conseguido un objetivo necesite empezar con el otro, con lo que no conseguimos acercar su desarrollo al de una persona de su misma edad cronológica sin patologías asociadas.
Como siempre, hay que estudiar cada caso de forma individual y particular, para así hablar con las familias de forma clara cuando se empieza y acaba la intervención.
Cuando nos reunimos dispuestos a dar el alta, debemos ofrecer a las familias un pequeño informe del motivo por el que acudieron a nuestro gabinete, la fecha en la que se inició la intervención y el progreso hasta el momento del alta. Además, ofreceremos recursos para que sigan trabajando en casa mediante juegos y actividades que sigan fomentando y reforzando lo trabajando en las sesiones en el tiempo pasado.
Una vez aclarado cómo proseguir una vez termina su tiempo en nuestro centro, se les da la oportunidad de valorar nuestra intervención, siempre podemos mejorar por lo que se agradecen reflexiones con las familias sobre el servicio prestado y propuestas de mejoras para así seguir mejorando nuestros servicios y ofrecer así la mejor atención posible a las familias y peques que aún permanecen con nosotros.
Espero que estos trucos y mi experiencia os sirva en vuestro día a día y como siempre os dejo aquí abajo un espacio donde hablar y enriquecernos entre todos.
Feliz día, Vicky. Una pedagoga en apuros.


Importante lo de ofrecer recursos para que sigan trabajando. Así se deja claro que no pueden relajarse una vez que se le da el alta.